martes, 5 de enero de 2010

Un mierda entre rejas


El director de Greenpeace España, Juan López de Uralde, un pijo de mierda de 46 años no está cómodo en prisión.
¡Vaya por dios!
Este donostiarra empezó en los años 80 a broncearse por la cara en el yate de la secta ecologista: el Rainbow Warrior. Desde entonces ha vivido del cuento y actualmente disfruta de un sueldo millonario pagado por los pringaos que todavía creen en los reyes magos.
El pasado 17 de diciembre nuestro amigo decidió colarse en la cena de Jefes de Estado de la cumbre esa del clima, en Copenhague. Fue detenido, por idiota, y lógicamente ingresado en prisión a la espera de juicio.
Hoy en "El País" leemos que se queja de que "le tratan como a un perro". Veamos cuáles son los maltratos que sufre esta maricona.
Ha recibido recientemente una visita de una hora, le permiten ir vestido con ropa de calle, y le han acompañado su mujer y su hermano, también estaban el Cónsul de España (¡qué detalle!), un policía y una traductora. Acojonante.
Lo más grave es que ¡¡¡comparte galería con presos comunes!!! ¿Con quién querrá estar el señor director general? ¿En un módulo para VIPS?. Pobrecito.
La celda no es muy grande (cuentan en El País), pero, eso sí, tiene ventana. Estremecedor: una celda de menos de 40 metros cuadrados y sin moqueta.
Lo realmente preocupante es que "sus más cercanos se han encontrado al dirigente ecologista con el pelo largo y más delgado." (sic).
¿Se habrá puesto peluca y ropa favorecedora para ligar con algún recluso y acceder a un "vis a vis"? ¿Tiene ya una cita con otro preso VIP?Lo sabremos cuando lo suelten y nos abrasen con entrevistas al señor López en todos los medios.
Mientras tanto, un soplapollas menos en las calles.

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